Devolver recipientes de vidrio una vez usados podría volver a ser habitual. Y al planeta lo agradece.
Hablemos de lo que fue una costumbre común en el ámbito doméstico, hace unos 30 o 40 años. Hablemos de las botellas retornables. El agua o la leche se repartían a los hogares en botellas de vidrio. Una vez consumidos, se depositaban los envases a la puerta de la casa y el repartidor se los llevaba, dejando en su lugar las nuevas botellas llenas. Esto era bueno para el presupuesto de las familias: el precio del envase devuelto se descontaba del precio total del producto. Y era bueno para el medioambiente, ya que los envases se limpiaban y reutilizaban. ¿Por qué, entonces, se perdió este hábito y cómo es que está regresando?
Las botellas de plástico de un solo uso responden a la primera cuestión. Eran más baratas y se pusieron de moda. Hasta que el consumidor ha desarrollado, en los últimos años, una fuerte conciencia por su salud, por un lado, y por la del planeta, por otro. Y esa es la respuesta a la segunda pregunta.
Botellas retornables, ¿solución o retroceso?
Las características intrínsecas del vidrio son cada vez más reconocidas y apreciadas por el público. Todo alimento o bebida envasado en este material sabe y se conserva mejor. Y, al ser reciclable al 100% e infinitas veces, se ha convertido en el gran favorito de los millenials, grandes defensores del medioambiente. Y no podemos pasar por alto su gran valor estético, como saben bien los profesionales de la restauración. Evidentemente, no es lo mismo a los ojos del comensal colocar sobre una mesa una botella de vidrio que una de plástico.
Precisamente, en los restaurantes, las botellas de vidrio son devueltas a los distribuidores, quienes devuelven el precio de estos envases a los primeros. Pero en los hogares españoles ya no es algo común. Sin embargo, está claro que es ventajoso para el bolsillo, para nuestro bienestar y para la naturaleza.
¿Será posible recuperar el uso de botellas retornables en casa? ¿Qué opináis?